La Congregación está plantada por Jesús en el corazón de la Iglesia y del mundo. Somos una familia religiosa de derecho pontificio, unidas por el infinito amor al Corazón de Jesús en la Eucaristía, dedicadas a las actividades apostólicas en la pastoral de: salud, educación, parroquial y misionera.
De la presencia compasiva del Corazón de Jesús desde la Congregación, para el mundo.
Cristo, enviado de Dios para evangelizar a los pobres, es el fundamento, fuente y modelo de nuestro servicio apostólico.
Por herencia de nuestro Fundador somos llamadas a participar como consagradas en la Iglesia en el mundo de hoy, en la opción evangélica y preferencial en favor de los pobres. Estamos dispuestas a servir a los que sufren, verdaderos marginados, para difundir el mensaje de salvación.
Atendemos a los enfermos, los predilectos de Cristo, ofreciendo cuidado integral y apoyo a sus familias y al personal sanitario. Llamadas a manifestar la misericordia.
Educamos con el corazón, guiamos a pensar con libertad, decidir con conciencia y actuar con valores basándonos en el Evangelio
Compartimos la vida con los pueblos, llevando esperanza, alegría y fe. Construimos comunidad y anunciamos el Amor de Dios
Hoy, más que nunca, resuena con fuerza el llamado de nuestro fundador, San José María Robles Hurtado:
“Que tengas muchos apóstoles, que trabajen incansablemente por un mundo donde reine el Amor y la justicia”.
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Ante una sociedad herida por la violencia y la indiferencia, tú puedes marcar la diferencia. Únete como Misionero Laico del Corazón Eucarístico de Jesús y sé parte de esta familia comprometida en transformar el mundo desde el amor y el respeto.
Dedica tu tiempo y talentos para reconstruir nuestro mundo cimentado en los valores del Evangelio. Desde la oración y acciones concretas en tu familia, tu trabajo y tu entorno, camina junto a nosotras para llevar el amor de Jesús Eucarístia a todos.
Contacta con nosotros y vive una misión llena de propósito y entrega.
“La oración es una íntima y dulce conversación del alma con el Corazón de Jesús, donde Él nos muestra su amor y nos escucha con atención”, San José Maria Robles Hurtado.
A Él encomendamos las necesidades del mundo, con especial dedicación por los sacerdotes, los misioneros, los niños, las intenciones del Papa y quienes nos piden oración.
Nuestra alegría está en la comunión con Jesús Eucaristía, y nos esforzamos por vivir según lo que Él nos enseña:
Brindando atención a los más necesitados.
En la construcción de la paz y la reconciliación.
En la vivencia de la justicia.
Con el cuidado de la vida y la creación.
La consagración personal es una práctica antigua en la Iglesia, expresión de amor solidario con el Corazón Eucarístico de Jesús. Es un acto consciente y libre en el que el cristiano, ejerciendo su sacerdocio común, se une voluntariamente a DIOS PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.
Al consagrarte, asumes el compromiso de vivir en constante conversión, haciendo tuyo el Proyecto del Reino de Dios.
Sagrado Corazón de Jesús, me consagró a Ti
Tú eres mi único en todo, protector de mi vida.
Prenda de mi salvación remedio de mi fragilidad y de mi inconstancia, reparador de todas las faltas de mi vida y mi asilo seguro en la hora de mi muerte.
Corazón de Jesús, en Ti pongo toda mi confianza; todo lo temo de mi fragilidad, más todo lo espero de tu bondad.
Se Corazón bondadoso, mi justificación para con Dios padre.
Consume en mí todo lo que te pueda desagradar.
Que tu amor se imprima tan íntimamente en mi corazón, que jamás pueda olvidarte, ni separarme de ti.
Te ruego, por tu bondad, que mi nombre esté escrito en Ti que eres el Libro de Vida.
Quiero hacer consistir mi dicha y mi Gloria en vivir y morir en calidad de esclavo (a) tuyo (a) así sea.
PADRE NUESTRO, GLORIA AL PADRE… AVE MARIA, SAGRADO CORAZÓN DE JESUS EN TÍ CONFIO Y EN TU MISERICORDIA ESPERO.
Corazón de Jesús: Tuyos somos y tuyos queremos ser humildemente postrados ante tu Sagrada imagen, te consagramos nuestras personas, nuestra casa, nuestra familia, con todo lo que somos y todo lo que tenemos. Reina en nuestra casa como en un hogar que te pertenece, y no permitas que te sea arrebatándolo que con todo corazón te hemos consagrado. Derrama amorosamente sobre nosotros las bendiciones que has prometido a los que veneran tu Sagrada Imagen. Enriquécenos con la paz de que gozan las familias que son de tu Corazón.
Compadécete de los que, se alejaron de Ti. Ilumina a aquellos que todavía no conocen las riquezas de tu amor; atráelos con la suavidad de tu gracia. Santifica Dulce Redentor, nuestra casa y nuestra familia, para que acabando en paz la carrera de esta vida, pasemos a alabarte en la eterna mansión de la gloria.
Señor Dios nuestro, que concediste al Santo José María Robles Hurtado amar y hacer amar al Corazón de Jesús en la Eucaristía, practicar y promover el verdadero amor a la Santísima Virgen, entregarse con generosidad al servicio del prójimo, vivir con plenitud su sacerdocio y ser un fiel testigo de Cristo, hasta el martirio. Ayúdanos a vivir, a ejemplo suyo, en constante actitud de servicio y solidaridad con los más necesitados.
(Petición)
San José María Robles, apóstol incansable del Corazón Eucarístico de Jesús… Ruega por nosotros.
Conectarse con el Dios de la vida es una necesidad profunda del ser humano. Los invitamos a orar con gran fe, convencidos de que “para Dios no hay imposibles” (cfr. Lc 1,37), recordando las palabras de Jesús: “les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá” (Mt 18,19). Juntos, podemos orar y trabajar por la paz, participando activamente en los procesos de justicia, reconciliación y búsqueda de un mundo mejor.
Deja aquí tus intenciones y confía en que las Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado orarán por ellas, uniéndose contigo en fe y esperanza
ORAD SIN CESAR, 1 TESALONICENSES 5,17
Un llamado de Dios a comprometer tu libertad y disponibilidad en el proyecto de Jesús para reconstruir el mundo a lado de los más vulnerables y necesitados de su compasión.
Te invitamos a participar en la animación vocacional tomadas de la mano en comunión.
Te acompañamos en el proceso de vida humano-cristiano que contagie la experiencia de Dios misericordioso y que despierte a una vida plena y gozosa en el seguimiento de Jesús; en servicio por el Reinado de amor, con la comunidad eclesial.
Corazón de Jesús, en Ti pongo toda mi confianza; todo lo temo de mi fragilidad, más todo lo espero de tu bondad.
“¿Qué sería de la Iglesia y del mundo, sin la presencia de las religiosas y laicos consagrados?
Sigan mostrando la belleza del Amor compartido en las escuelas, en los centros de salud, y en los lugares de Misión.
Sean testimonio de la bondad de Dios con su cercanía, compasión y con un corazón lleno de misericordia, en todo lo que realicen.
Sin pasión por Dios, y por su pueblo, no es posible seguir la llamada vocacional ni la fidelidad”.
Todo por el Corazón Eucarístico de Jesús, todo por Él eternamente
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